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Contra todas las posibilidades

En Mozambique, las personas acampan mucho, aunque no como estamos acostumbrados en nuestro país, en un lugar adecuado o, a veces, con cuartos climatizados. Aquí, acostumbran acampar en lugares totalmente inóspitos, durmiendo en carpas cercadas apenas por terrenos baldios o en la playa. Se bañan en tazones o baldes llenos de agua que son calentados en el fuego y, a veces, hasta sin jabón. Crean sus baños cavando un hoyo en el suelo, colocando paja alrededor. Cocinan con leña al aire libre, a veces bajo el rocío o en el frío.

Julio, el obrero bíblico que los misioneros anteriores, David y Edie Hicks, entrenaron mientras trabajaban aquí, ahora está trabajando en un área muy desafiadora llamada Mabil, donde está teniendo dificultades al intentar comprar un terreno. Los líderes del barrio (autoridades locales) no estaban interesados en concordar con la autorización de compra. Desde entonces, muchos hermanos se unieron en oración para que esta compra fuese exitosa.

Como las personas aquí aman acampar y evangelizar, decidimos apoyar a Julio realizando una reunión campal de evangelismo en Mabil. planificamos todo con el pastor local y el sábado, día 8 de junio, iniciamos dos semanas de evangelismo en el distrito de Mabil. Pero muchas luchas espirituales nos acompañaron. Pocos días antes del inicio del evangelismo, Julio volvia a casa en su motocicleta cuando un agresor intentó derrumbarlo de la moto. Agradecemos a Dios por haber conseguido escapar ileso.

Así como la campaña comenzó, los líderes de los barrios comenzaron a visitar casa por casa, diciéndole a las personas que no recibieran en sus casas a los jóvenes acampados en las proximidades, que no estudien la Biblia con ellos y que no asistieran a sus reuniones. Nuevamente, muchos se reunieron en oración para que el evangelismo continuara. Luego, el clima se tornó un problema. La lluvia constante dificultaba cocinar en espacios abiertos y el frio dejaba a los campistas enfermos. Uno de los jóvenes desarrolló parálisis en los pies. Otros contrayeron gripe y tuvieron dolores de estómago y fiebre, mas no desistieron. Ellos se recuperaron.

Las duplas de misioneros continuaron yendo a las casas para estudar la Biblia con las personas. Entonces, los líderes del barrio vinieron con la policia para impedir el evangelismo. Ellos se reunieron con el pastor y los obreros bíblicos y dijeron que realizarían una reunión en los próximos días para determinar si el evangelismo podría continuar. Muchos se reunieron para dos días de ayuno y oración. Cuando el pastor se presentó para hablar en la reunión, le fue dicho que tenía el permiso de ellos. ¡Quedamos jubilosos! Dios había ressuelto nuestro problema de alguna forma.

El pastor daba palestras de noche, a veces, para apenas dos o tres personas. Otras veces, apenas él y el equipo de evangelización estaban presentes.

Durante la última semana, estábamos esperanzosos de que habría bautismos, por eso, hicimos un tanque bautismal improvisado. Fue cavado un hoyo en el suelo con cerca de 2,5 metros de largo, 1,3 metros de ancho e 1 metro de profundidad. Después, usando tablas de madera, formaron escalones que llevaban al hoyo. Por fin, colocamos en el suelo una gran lona impermeable, colocándola en la cavidad, creando nuestro tanque bautismal.

Otro problema surgió. Aunque el vecino próximo a nuestro local había instalado una manguera en su casa para suministrar agua para llenar un gran recipiente que podríamos usar para cocinar, bañarse y beber, el área depende del agua de lluvia y ninguna lluvia había llegado a la región en cuatro días. Una vez más, la iglesia oró por Mabil , y el viernes anterior, al término del evangelismo, como a las 10h, llovió y así conseguimos llenar el tanque.

A la tarde del viernes, Daniele temia que el tiempo lluvioso y el frio puedan impedir los bautismos del día siguiente. Ella oró incansablemente, pidiendo a Dios que enviara sol y buen tiempo para el sábado. ¡Y Dios nos libró!

En aquél último sábado, 22 personas, incluyendo un hechicero, que decidió abandonar todo, descendieron a las aguas bautismales y entregaron sus vidas a Jesús.

Después del bautismo, realizamos una ceremonia de quema de los materiales que el hechicero utilizaba para realizar sus rituales. Después, almorzamos todos debajo de un árbol de mango y pasamos la tarde del sábado adorando a Dios y confraternizando con nuestros nuevos hermanos en la fe.

Satanás ataca de forma muy fuerte y visible aquí en Mozambique. Por favor, ore por Mabil . Necesitamos de un lugar en aquella región donde podamos construir una iglesia para que estos nuevos hermanos puedan congregarse. Las autoridades del barrio están intentando impedirlo a toda costa.

Por favor, ore también por nosotros. Queremos verte en el cielo muy pronto.

Geovan y Daniele Machú son misioneros de carrera en Mozambique desde 2023

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