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vila no alto da montanha nas filipinas

En lo alto de la montaña

Aquí en el proyecto Palawan, aparte de una escuela, AFM mantiene una clínica médica con una enfermera para atención y medicamentos para la comunidad que vive en lo alto de la montaña. El hospital más próximo queda a tres horas de caminata montaña abajo.

Yo vivo en una región más apartada de la clínica, con menos movimiento. Estaba teniendo un día tranquilo. Ya eran como las 17h, tomé mi mochila y me fui a casa a preparar un panqueque con cobertura de banana y caramelo, para combinar con el día agradable que estaba teniendo.

Un accidente más

Todo iba muy bien y de acuerdo con lo planeado. Ya estaba acostado, casi durmiendo, cuando una voz vino gritando desde lejos llamándome: Sir Kelsion, Sir Kelsion! Por experiencia, yo yá sabía lo que era. La única razón para cualquier persona aparecer a las 21h en mi casa era que algún paciente tendría que ser cargado al hospital en la ciudad. Eso ya había acontecido algunas veces. Entonces, ya comencé a cambiarme de ropa y fui lo más rápido que pude.

Llegando a la clínica vi al paciente. Tuvo una crisis epiléptica mientras cocinaba y acabó cayendo encima de la olla con agua hirviendo. Eso comprometió más de la mitad de su cuerpo. Las enfermeras hicieron lo posible con lo que había disponible, pero aun así, el paciente tuvo que ir al hospital.

Desde lo alto de la montaña hasta el hospital

Como yo soy uno de los pocos hombres trabajando como misionero aquí, fui el encargado de llevar al paciente a la ciudad. Claramente, no conseguiria hacerlo solo, entonces, corrí a la casa de algunos nativos que vivían más “próximos” de la clínica y pedí ayuda. Comenzamos a bajar la montaña con el paciente alrededor de las 22h, yo y otros 5 hombres, lo más rápido posíble.

Las enfermeras entraron en contacto con el hospital para solicitar la ambulancia. Llegamos al punto más próximo, donde los automóviles consiguen transitar, alrededor de la media noche, donde la ambulancia ya estaba esperándonos. Después de toda la atención primaria, volvimos a lo alto de la montaña y la ambulancia siguió hacia el hospital llevando al paciente y una de las enfermeras.

¡Cansado, pero feliz!

Cuando llegué a mi casa, ya había dado 9.477 pasos a eso de las 2h. de la mañana y tenía apenas algunas horas hasta que tuviese que levantarme para seguir mis actividades. Mas agradecí a Dios por darme fuerzas todos los días en el campo misionero, por haber ayudado a ese hombre a aliviar sus dolores. Clamé a Dios para que aquel sufrimiento se transformara en un testimonio del poder y de los milagros del Señor.

La invitación tiene que ser entregado

Jesús pasó por mucho dolor y sufrimiento para que todos nosotros tuviésemos la certeza de que nuestro dolor es momentaneo. En las montañas inhóspitas de Palawan, Dios ha traído misioneros año tras año para cuidar de Sus hijos aquí. Para evitar una muerte precoz e innecesaria y así darles la oportunidad de conocer al Médico de los médicos.

Cristo extendió la invitación de vida eterna a todos. Sin embargo, muchos aún no recibieron tal invitación. Presente Su mensaje para que ese día llegue pronto.

Kelsion Santos es misionero estudiante en el Projeto Palawan desde marzo de 2023.

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