Bienvenido a AFM South America

Intentos del maligno

Me empujaste con violencia para que cayese, pero me ayudó Jehová. Salmos 118:13

Hoy, 20 de mayo, sábado del Señor, tengo un poco de paz en mi corazón. Al momento de escribir este texto, han pasado poco más de 3 semanas desde que mi esposa y yo salimos de nuestro país (Brasil) y llegamos aquí al continente africano.

Unos meses antes de salir de Brasil y hasta el momento del viaje, estábamos sintiendo mucho estrés y desánimo con la vida ya que prácticamente no nos quedaba nada. Vivíamos en el país de Guinea-Bissau y habíamos vendido y donado nuestras pertenencias en Brasil. Luego recibimos un llamado para servir en otro país, en el sur de África. Tuvimos que regresar a Brasil para resolver temas de visas, exámenes médicos y despedirnos de familiares y amigos porque esta vez la misión duraría 3 años o más.

Al regresar teníamos que ir a casa de nuestra suegra y la idea era quedarnos allí por un corto tiempo. Un máximo de unos 3 meses, hasta que la visa de Mozambique esté lista. Pero esos 3 meses empezaron a ser 4, luego 5, 6 meses. Y comencé a preguntarme: ¿Dios quiere que vaya o el enemigo está tratando de interponerse en el camino? Oramos por una respuesta.

Un tiempo después, el matrimonio de misioneros que vivían donde viviríamos en el futuro fueron robados. Los ladrones entraron a la casa en medio de la noche estando los misioneros en casa. Se llevaron pertenencias del proyecto y objetos personales, incluyendo sus pasaportes. Luego la misionera tuvo malaria, en secuencia mi esposa tuvo dengue y el ambiente en la casa de nuestra familia ya no era bueno, ya que estábamos allí desde hacía mucho tiempo. Después de que sucedieron estas cosas, me di cuenta de que era el enemigo quien intentaba desanimarnos de la misión que el Señor nos encomendaba.

Finalmente y gracias a Dios, conseguimos la visa. Pero cuando estábamos haciendo nuestro registro en el aeropuerto de São Paulo, descubrimos que necesitaríamos una prueba de COVID-19 para abordar y esa información no estaba en el sitio web. Así que tuvimos que apresurarnos a buscar un laboratorio para realizar la prueba ya que estábamos sin tiempo y corríamos el riesgo de perder el vuelo. Pero Dios nos ayudó y nos hizo embarcar ese día.

Una semana después de nuestra llegada a Mozambique, Daniele tuvo un problema con su implante dental que se soltó. Estábamos preocupados porque estábamos lejos de la capital. Pero Dios una vez más nos ayudó y logramos ir a la capital a buscar un dentista.

Durante esa semana recibí una noticia desafortunada, algo terrible sucedió a mi familia en Brasil y eso me dejó profundamente conmocionado. Me desesperé, sin saber qué hacer.

Ahora veo claramente la obra del enemigo contra la predicación del evangelio, él está haciendo todo lo posible para estorbar. Satanás odia el evangelio de Cristo y se esfuerza por poner tantos obstáculos como sea posible en el camino de los misioneros y de aquellos que son celosos por la predicación del evangelio. Pero Dios es soberano, y más poderoso.

Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor. (1 Corintios 1:9)

Vuestras oraciones sostienen espiritualmente a los misioneros y así les dan más fuerza para afrontar las muchas dificultades que enfrentan.

Geovan y Daniele Machú son misioneros de carrera en Mozambique desde 2023

×