Soy un misionero al pueblo Pnong en Camboya. Dios camina con nosotros en todo lo que hacemos. Es gratificante ver Sus manos poderosas actuando en mi vida en las de los nativos aquí. Soy muy agradecido a Dios por el privilegio de ser un misionário. ¡Y tú también puedes tener ese privilegio!
Al final, misioneros son los que van, como yo, y también los que donan y oran, ¡Como tú!