Soy una peregrina en este mundo que anhela el regreso del Señor, y se que para que vuelva pronto es necesario que yo haga mi parte. Me siento muy honrada y feliz por el llamado que me hizo a ir a tierras lejanas, pero no solo me está llamando a mi, quiere que tú también seas parte de esta misión. Imagínate el impacto que podemos tener juntos al llevar el amor de Jesús a lugares donde nunca ha sido escuchado. Tú también puedes marcar una diferencia eterna en la vida de muchas personas. Si bien soy yo la que voy, tu puedes contribuir a través de donaciones y oraciones. Cada vez que haya un corazón cambiado, un alma salvada o una comunidad transformada, tú estarás allí, siendo parte de esta historia de amor y esperanza.
¿Te gustaría formar parte de esta labor para la gloria de Dios?
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