Cristo vivió una vida de servicio, eso es lo que
anhelo realizar, por eso siento el llamado de Dios
para ser misionera. He sido llamada para ser un
reflejo de la luz de Jesús para quienes más lo
necesitan y estoy dispuesta a cumplir esta misión
en donde Dios me envíe.
Todos somos invitados a participar del servicio. A
través de las donaciones y oraciones también se
puede cumplir con el propósito que Dios tiene
para uno mismo y para las personas que aún no
han sido alcanzadas por el evangelio. ¿Quisieras
ser parte de esta gran misión?